INCONVENIENTES DEL INTERNET
PARA LA EDUCACIÓN
Con todo, y considerando que se hace un uso adecuado de la aplicación de Internet en los procesos de enseñanza y aprendizaje, se pueden considerar las siguientes ventajas e inconvenientes.
INCONVENIENTES:
- A veces se pierde mucho tiempo para localizar la información que se necesita (nos perdemos navegando por el inmenso mar informativo de Internet)
- Existe mucha información poco fiable (y alguna hasta poco recomendable: violencia, racismo...) en Internet (ya que cualquiera puede poner información en la red)
- No todas las personas utilizan las normas de "netiquette" (comportamientos y buenos hábitos que facilitan la convivencia entre los usuarios y el buen funcionamiento de la red)
- Problemas de virus
- Otros riesgos: ser víctimas de espionaje y engaños enmascarados por la virtualidad del medio, realizar actos delictivos sin tener plena consciencia de ello (copias ilegales, piratería...), adicciones...
- A veces se pierde mucho tiempo para localizar la información que se necesita (nos perdemos navegando por el inmenso mar informativo de Internet)
- Existe mucha información poco fiable (y alguna hasta poco recomendable: violencia, racismo...) en Internet (ya que cualquiera puede poner información en la red)
- No todas las personas utilizan las normas de "netiquette" (comportamientos y buenos hábitos que facilitan la convivencia entre los usuarios y el buen funcionamiento de la red)
- Problemas de virus
- Otros riesgos: ser víctimas de espionaje y engaños enmascarados por la virtualidad del medio, realizar actos delictivos sin tener plena consciencia de ello (copias ilegales, piratería...), adicciones...
El
buen uso de él internet
La
tecnología transforma nuestras formas de socialización y es difícil adaptarse.
Como sociedad, esto nos causa resistencia porque no sabemos qué hay al otro
lado. Y atrapados en el medio están los niños: ellos ya están al otro lado,
pero sus padres no, y eso genera una sensación de tenerlos fuera de control.
No hay tal cosa como
navegación segura, ni debería haber esta preocupación draconiana por proteger a
los niños de lo que pueden ver en Internet. No comprendo, me desafía esta
noción de escudarlos de “palabras clave” que puedan ser dañinas para su
formación. Filtrar que no puedan buscar en Google la palabra “sexo” es
estúpido. Si el niño la está buscando, es porque quiere ver sexo, o porno, o
algo similar, y si realmente quiere verlo, encontrará una manera no contemplada
en el filtro.
Por lo demás, un
recordatorio: el mundo no es color de rosa. Hay cosas “feas” y que no pueden
gustarnos, y el niño tiene que verlas igual. En Internet es igual, pero a la
enésima potencia. De la misma manera que no deberíamos enseñarle a los niños
que hay cosas “prohibidas” de las que no se puede hablar, deberíamos hacer un
esfuerzo por explicarles cómo comprender estos fenómenos extraños, ponerlos en
contexto y quitarles así la mística que los hace, justamente, tan apelativos.
No hay un “buen uso de
Internet” porque nadie es capaz de definir lo bueno, ni mucho menos de
convertirlo en filtros de contenido. Filtrar el sexo implica filtrar la
educación sexual. Por lo demás, es el único ejemplo del que se habla: el
objetivo principal de estos programas es que los niños nunca descubran que son
criaturas potencialmente sexuales, y que existe una dimensión del cuerpo que en
algún momento descubrirán de todas maneras, pero con menos herramientas para
comprenderla.
¿Pero acaso no debería
enseñarse nada en torno al uso de nuevos medios de comunicación? Claro que sí.
Un uso responsable de los medios, que entienda las causas y los efectos de lo
que hacen.
Enseñarles que hay gente
allí afuera empeñada en hacerles daño, en engañarlos, y enseñarles cómo pueden
protegerse de ellos.
Que aquello que publican en
la web tiene consecuencias y un alcance mucho mayor del que pueden imaginar, y
que deben hacerse responsables por la información que ellos mismos comunican.
La web no es ya un sitio de consumo de contenidos, es un sitio de creación y
expresión, y debemos aprender a hacernos responsables por nuestros aportes.
Que hay contenidos que
deben entenderse juiciosa y críticamente, que deben corroborar los datos,
ponerlos en contexto, identificar las fuentes. Es importante enseñarles que en
Internet hay menos referentes para determinar la relevancia y certeza de la
información, y que deben basarse en ella con precaución.
En resumen, los niños no serán,
sino que son ya, consumidores y productores de información, en niveles que sus
padres no pueden empezar a comprender, lamentablemente. Ya que lo son,
educarlos en el uso de los medios no significa poner filtros para prohibir
cosas y podamos permanecer tranquilos: si quieren encontrar algo, lo harán. Al
margen de cualquier filtro. La educación mediática consiste en que se pregunten
por sus prácticas de consumo y producción de información, por la manera como
socializan en la web, y estén conscientes de los riesgos que existen y de las
consecuencias que tendrán sus propios actos.
Pero la responsabilidad de
educar no puede delegarse en una “Zona Segura Speedy”. Que un filtro prohíba
que busque en Google “sexo” no puede ni remotamente ser un sustito para el educador
explicando el sentido de lo que encuentra el niño en Internet como lo encuentra
en el mundo. Al menos en Internet hay alguien a su lado que puede ayudarlo a
contextualizar la información. Pero al parecer, queremos desperdiciar esa
oportunidad.